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La economía espera pactos coherentes con el escenario económico

June 22, 2023

Muchas cosas las que se suceden en el escenario político y económico internacional. Desde la propia dimisión de Theresa May, dejando un Brexit a la deriva y a expensas de ese nuevo líder que lo gestione, hasta Matteo Salvini, el líder italiano de La Liga, que tras hacerse con la victoria en las urnas, volvió a lanzar mensajes desafiantes a Bruselas.

Como he dicho en otras ocasiones, es de esperar que muchas personas pidan a los economistas y analistas un análisis destacando los aspectos positivos de la economía, sin embargo, en mi caso particular, no me gusta caer en el error de recalcas los denominados “brotes verdes”, mientras, por otra parte, tenemos una economía donde los riesgos son completamente existentes.

La economía no funciona mal, eso es un hecho. No obstante, la economía se está acercando a una ralentización, cada vez más intensificada en determinadas zonas geográficas, en determinados países, mientras, como hemos dicho en más de una ocasión, hay partidos políticos a los que no le gusta, no les agrada, que se diga la verdad de lo que ocurre, al menos en materia económica.

Esto es algo completamente lógico si lo observamos desde el punto de vista de la irresponsabilidad. Estamos aún en campaña política por las municipales, los pactos en toda España siguen sin llegar y, si ocurre nada extraordinario, el proceso se alargará bastante más tiempo. Una propuestas muy diversas, a la vez de dispares, entre sí y con las que, determinados partidos, tendrán que negociar muy bien para cumplir con los intereses de sus votantes.

El problema de esto, pese a no ser un problema propiamente dicho, recae en el ingobernable escenario en el que en más de una ocasión nos hemos visto. La inestabilidad que propicia un escenario ingobernable e inestable, políticamente hablando, es el peor escenario para intentar afrontar medidas en el escenario económico. Siempre lo he dicho, y lo diré, la economía es penalizada por la incertidumbre.

Al principio hablábamos de Matteo Salvini, el político italiano, y Vice Primer Ministro, que, como comentaba, exultante tras una dura victoria en las elecciones italianas, el líder de la extrema derecha italiana se mostró desafiante con Bruselas, advirtiendo de su intención de incrementar los niveles de deuda italianos, siempre y cuando fuese necesario para el país. Por supuesto, incumpliendo el objetivo de déficit pactado con Bruselas.

Para Salvini, las medidas que plantea la Unión Europea en materia de endeudamiento están obsoletas y anticuadas, por lo que, pese a soportar una deuda superior al 132% de su Producto Interior Bruto (PIB), Matteo Salvini afirma que el país estaría dispuesto a contraer más deuda, pues los objetivos impuestos por Bruselas, previamente pactados en los tratados de estabilidad de la Unión Europea, no garantizan, para Salvini, el bienestar italiano.

Momentos posteriores a las afirmaciones de Salvini, la bolsa de Milán destacaba entre las europeas por sus pérdidas durante la jornada bursátil. Por otro lado, la prima de riesgo italiana, que es el diferencial entre el bono a 10 años italiano y su homólogo alemán, se disparaba nuevamente hasta sobrepasar los 290 puntos básicos, cotizando el bono en máximos del 2,70%.

Como podemos ver, un completo torbellino de sucesos que viene precedido por determinadas actuaciones políticas. Lo mismo lo vemos con Donald Trump, un señor que amanece por las mañanas y, en función de sus aspiraciones personales, mueve los mercados a nivel mundial. Tal es su influencia en ellos, que una compañía desarrolló un algoritmo que tomaba posiciones en el mercado en base al carácter de los tweets de Trump, identificando si eran negativos o positivos.

En resumen, un conjunto de sucesos que, en cierta forma, penalizan la economía de una forma innecesaria y que ponen en relieve los desajustes y problemas estructurales de la economía nacional. De igual forma lo vemos en España y lo que ha ocurrido en las urnas. No obstante, seguimos a expensas de Bruselas y la aprobación de unos presupuestos, dudosos y poco confiables para Bruselas.

La economía española necesita estabilidad y no la estabilidad que algunos creen. Hay personas que creen que la estabilidad podría darla la formación de un Gobierno, sin embargo, en Estados Unidos tienen un Gobierno bastante formado y consolidado, mientras que no poseen una estabilidad, al menos emocional, dadas sus tensiones comerciales con China y las que ponen en relieve un problema de gran magnitud como es la guerra comercial.

La estabilidad es una consecuencia de una coherencia en la aplicación de las políticas que mejor corresponden a tu territorio. No serviría de nada formar un Gobierno que, posteriormente, amenaza a su tejido productivo y a sus empresas para advertirles de la mayor subida de impuestos de la historia. No serviría este mismo Gobierno si, tras la aprobación de los presupuestos, hipoteca el país y las sociedades futuras a través de la deuda.

Ya estamos viendo como ese tipo de actuaciones no dan estabilidad, pues como he dicho, no son acciones coherentes, al menos para los agentes económicos que confirman la sociedad. Solo con estabilidad podremos seguir creciendo y afrontando las necesidades que la economía precisa. No podemos afrontar un problema real, si nuestras necesidades nos llevan a acometer una serie de acciones que, ya sea de forma directa o indirecta, penalizan el trabajo conseguido.

Lo he dicho en numerosas ocasiones, la desaceleración es real. La economía ha perdido ese dinamismo que alcanzábamos durante el primer trimestre y precisa de actuaciones que vuelvan a dotar de esa energía al escenario económico. Las elecciones han pasado, España ha hablado, seguir en campaña, en estos momentos, está de más. Ahora, en España, necesitamos líderes que ejerzan los votado en las urnas.

La situación de ingobernabilidad es un problema muy presente en el escenario político español. Los pactos y el final del bipartidismo están muy presentes en el nuevo escenario y la coherencia a la hora de ejercer dichos pactos jugará un papel determinante en el futuro del país y su economía. Para acabar, tenemos que ser conscientes a la hora de hablar, pues el negacionismo político y el negar la realidad, es conocido por los españoles a dónde nos ha llevado.

¡Feliz fin de semana!

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